Ir al contenido principal

INTENSIDAD METAFÍSICA


"[...] Símbolos que a veces pasan a ser imperceptibles redundancias y que nos transportan a mundos esotéricos, oceánicos, galácticos e infinitos. [...]". (José Córdova)

***
Principia tierra
para torpes huellas

Vegetación

Alimento inasible

Antes que en breves manos
el nudo brillante de las gotas

Camino

Índice

***
Ojo en las aves sonoras

Dominadoras del perfecto horizonte

Como jóvenes árboles que el día aparta
con sumo cuidado
estrellas de cinco brazos
disponen su andar innumerable

Flotilla música de peces rombos

Tus manos no se cansan jamás

Sobre la líquida corteza quieren
establecer descrita para siempre
esa mirada

(De: Índice)

judíos infinitos

Ordena a tu cuerpo se levante,
acometa el día,
deponga en nombre de la bestia
su silencio astronómico,
y despliegues bajo el sol
como una blasfemia.

Ordena a tu cuerpo restablezca
la virtud espartana de los músculos
y asalte,
veloz,
lejano espejo de los náufragos,
un cuerpo fértil,
dulcemente modelado
por el esfuerzo cotidiano.

Ordena a tu cuerpo
extraiga la palabra,
aun de la sutura más reciente,
y se vuelva en contra de sí mismo
con las manos
en la epopeya de la dispersión.

(De: Apología del absoluto cotidiano)

4

Desconocida ruta
de las simientes en busca de patria
Ave común
cuyo canto adorna con naturalidad
el cuadro de cada día.
Toda corriente
Una fragata de nubes
o la sonora estela del cardumen
Domingo entre multitudes
Vorágine de palomas que se elevan
por sobre los recintos reservados
al gesto inmóvil de la divinidad.

(De: Tela de juicio)

Luis Ormachea Azpilcueta (Cusco, 1974) Un breve paso por algunas facultades y dos años de intención sacerdotal. Ha publicado los libros de poesía Índice (Edición del autor, 2004), Bóveda (Grita Ediciones, 2005), Apología del absoluto cotidiano (Grupo Editorial Dragostea, 2007) y Tela de juicio (Grupo Editorial Dragostea, 2008).

Comentarios

Entradas populares de este blog

TRES POETAS APURIMEÑOS

"Ser un poeta apartado del circuito oficial limeño tiene sus ventajas; la primera, no figurar en ninguna antología antojadiza de la capital, y la segunda, mantener ese carácter marginal necesario en todo artista. Que hable la poesía". (Paul Valenzuela Trujillo) -1- DE LA VIDA A LA VIDA Hay un extremo lejano del hombre: La soledad Hay otro extremo cercano: La unidad Un abismo intermedio: La muerte Nuestro camino es infinito nuestra arma la lucha nuestra meta: Un extremo que es cercano: La vida. (De: Los versos del camino) LA EXPLOSIÓN DE LA RUTINA Un fragmento de estrella encendida ha caído a la gran ciudad del sueño Los hombres que dormían despiertos como hormigas hurgadas corretean sin saber qué pasó La explosión encendió la rutina jaloneó las orejas del silencio el sueño despertó de su ala dormida y voló… La policía se movilizó en su tarea de rigor después de varios días de investigación descubrió que la estrella que cayó se llam

EN QUÉ BORDE DEL CIELO SE HAN COLGADO LAS QUIMERAS

Apelar a la escritura para descubrir las grietas que se van formando en nuestra cansada piel. Disponer de las palabras, como una suerte de conjuro, contra la inmortalidad del alma. Hacer de la poesía un oscuro faro que nos conduzca al sabio naufragio de la lucidez. Todo es nombrado y nada escapa a la retórica del daño y la imposibilidad. Digo retórica porque no hay discurso que no lo sea y el de Javier María Olórtegui se esfuerza en ser genuino y vaya que lo logra (Paul A. Valenzuela Trujillo). ÁNIMA BUSCO mientras se aproxima la hora del misterio la forma de tu rostro la estructura de tu voz no estás solo un silencio desconocido envuelve mi cabeza ignoro la dimensión de tu palabra tu extraña geografía en el espacio — sombra que se refleja en la sed en el torrente que acompaña al camino — no tengo más descansa mi cuerpo con los ojos vacíos — agujeros estériles de la nada — después de todo el tiempo fue aquel al que un día desesperadamente y con invisibles manos hundí en el aire RETRATO

HE VENIDO PORQUE TU GRATITUD ME CONVOCA

Poesía que va atizando el fogón donde hervirá el agua de nuestra memoria. Astillas que se elevan en la inmediatez del momento y, como luciérnagas, brillan para despedirse de este mundo. Así son los poemas de Víctor Salazar Yerén en Sobre la aldea; tiernos, melancólicos, con alegría de chivillo retozando en el monte y profundidad de ojo lechucero para descubrir nuestro vínculo con ese primer hábito que es la naturaleza (Paul A. Valenzuela Trujillo). VINE AQUÍ a despintarme de las manos las ciudades, a reconocer lo primigenio de nosotros en cada cierto hombre... y ser parte de los nacimientos asombrosos que a lo lejos nos llegan enlatados. Vine, pero aún no he olvidado de donde vengo... Por ello borroneo este camino. Dejo abandonados mis zapatos. 5 (Aurahuá) EL CIELO AZUL y despejado de Aurahuá, has de saberlo, forastero, entiende más que nadie a los forasteros... Por eso llueve. (Poemas para después del arado o cuatro harawis para Ita) 1 AMANECE Aurahuá en mi corazón. Desde aquí todo el