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Mostrando entradas de 2023

ENTRE RASCACIELOS Y NIEBLA METÁLICA

La poesía de Hernán Hurtado Trujillo siempre ha tenido la virtud de expresar una actitud crítica frente a las convenciones sociales; sin embargo, no todo pasa por enumerar todo lo malo que venimos haciendo desde que forjamos nuestro andar bípedo, ya que su palabra no es ajena a la esperanza de transformación dialéctica de la realidad, más por su herencia andina de valores colectivos que por sus lecturas de clásicos occidentales.  En fin, con ayuda de estos poemas podremos ejercer nuestro derecho a cuestionar todas aquellas estructuras que nos privan de una verdadera emancipación del pensamiento (Paul A. Valenzuela Trujillo).   LA LÁMPARA DE DIÓGENES Con una lámpara encendida Diógenes  recorre en pleno día la enmarañada ciudad del alma entre rascacielos  sumergidos en niebla metálica Observa a tenderos enrejados: prisioneros de sus bienes con menos libertad que el ladrón de cuatro esquinas A miles de almas chin chin que orejean  en el supermercado les grita: ¡Aquí hay completamente todo

EN QUÉ BORDE DEL CIELO SE HAN COLGADO LAS QUIMERAS

Apelar a la escritura para descubrir las grietas que se van formando en nuestra cansada piel. Disponer de las palabras, como una suerte de conjuro, contra la inmortalidad del alma. Hacer de la poesía un oscuro faro que nos conduzca al sabio naufragio de la lucidez. Todo es nombrado y nada escapa a la retórica del daño y la imposibilidad. Digo retórica porque no hay discurso que no lo sea y el de Javier María Olórtegui se esfuerza en ser genuino y vaya que lo logra (Paul A. Valenzuela Trujillo). ÁNIMA BUSCO mientras se aproxima la hora del misterio la forma de tu rostro la estructura de tu voz no estás solo un silencio desconocido envuelve mi cabeza ignoro la dimensión de tu palabra tu extraña geografía en el espacio — sombra que se refleja en la sed en el torrente que acompaña al camino — no tengo más descansa mi cuerpo con los ojos vacíos — agujeros estériles de la nada — después de todo el tiempo fue aquel al que un día desesperadamente y con invisibles manos hundí en el aire RETRATO

HE VENIDO PORQUE TU GRATITUD ME CONVOCA

Poesía que va atizando el fogón donde hervirá el agua de nuestra memoria. Astillas que se elevan en la inmediatez del momento y, como luciérnagas, brillan para despedirse de este mundo. Así son los poemas de Víctor Salazar Yerén en Sobre la aldea; tiernos, melancólicos, con alegría de chivillo retozando en el monte y profundidad de ojo lechucero para descubrir nuestro vínculo con ese primer hábito que es la naturaleza (Paul A. Valenzuela Trujillo). VINE AQUÍ a despintarme de las manos las ciudades, a reconocer lo primigenio de nosotros en cada cierto hombre... y ser parte de los nacimientos asombrosos que a lo lejos nos llegan enlatados. Vine, pero aún no he olvidado de donde vengo... Por ello borroneo este camino. Dejo abandonados mis zapatos. 5 (Aurahuá) EL CIELO AZUL y despejado de Aurahuá, has de saberlo, forastero, entiende más que nadie a los forasteros... Por eso llueve. (Poemas para después del arado o cuatro harawis para Ita) 1 AMANECE Aurahuá en mi corazón. Desde aquí todo el

UN ÁRBOL TRISTE EN LA MIRADA

La afirmación de una consciencia vital es, quizá, el mayor logro de este primer e intenso poemario. Aprender a reconocernos en nuestras propias carencias y desafectos, cultivar la ironía como síntoma de extrema lucidez frente a lo que somos y vamos construyendo, así como el ejercicio lúdico de nombrar todo aquello que habita en el mundo de afuera y en el asentamiento humano que llevamos por dentro. Con estos insumos, Sara Ser anuncia una voz que irá desastillándose de esa madera (un poco pesada) del canon poético apurimeño, con un coloquialismo que fluye en dirección a los nuevos códigos de la expresión poética actual y desgastando, necesariamente, el discurso trasnochado de aquellos exégetas oficiales de la cultura (Paul A. Valenzuela Trujillo). Break dance en negro En las noches más siniestras La Vida, esa vida caduca a la que tanto tememos, brilla con especial brío y nos llama a bailar break dance . Levantar una pierna por sobre la cortina azul del cielo. Sumergir un brazo hasta lo