"[...] En sus versos hay tacto, fusión de cuerpos en el acto amoroso, pero que poco a poco se va rompiendo en núcleo central de todo, y todo el fuego que hubo sólo quedo en cenizas postreras, inertes en ese abismo peligroso de caer y sumergirse en el dolor de algo que fue, se mantuvo, pero no logro un cierto equilibrio y cadencia. [...]". (Rodrigo Rojas Terán)
i
Un óvulo recorre mis espinas
buscando el esperma que has depositado en mis labios
la existencia se escurre de mí vomitando dos células fecundadas
que se resignan a morir bajo el peso de tus huesos
iii
El verbo que concibo se desintegra con pupilas que perforan mi cráneo
t(ú) imagen ya no se refleja en los espejos
He perdido el rostro en oscuridades inciertas
Mi -yo- se fragmenta con cada idea que inútilmente intento construir
me pierdo en tierra de imposibilidades depositadas por tu aliento
Ya no tengo rostro
Las máscaras ya no esconden mis miedos
ni la repugnante tierra que realmente soy
me quiebro como cristales que estoy clavando en mi vagina
Intensidad con que intento destruirme cada noche
Alguien sostiene mis cabellos.
Sus manos permanecen inmunes a la sangre que derraman mis ojos
voy, con los puños cerrados
lista para elevarme y morder todas las cuerdas.
Me estoy consumiendo en caricias que pretendo no sentir
estoy clavando las uñas en tu sombra
para ahogar el grito de mi piel.
v
Incluso el sol desta mañana no puede
sonreír ni llorar a través de mis ojos
…de mi piel abierta
Todo te guía hacia la bestia que engulle
los espejos que reflejan su propia palidez
Las horas son un puñado de ecos que recogen nuestras voces desnudas.
Este círculo de ceniza… es mi única propiedad
lo deseo, lo deseo como a un poema
como a las estrellas incrustadas en mis paredes
como a la bestia que se pierde en un laberinto de hojas
Sobre tu cuerpo, navegante
la tierra avanza
sobreexpuesta a una curva que nunca se detiene
Algún día cesará el eco y las olas vivirán en mi piel.
vii
Púdrete en las tardes que reflejan
la asquerosa belleza de la luna
en las calles que llevan mi nombre
y en los poemas escritos en cartones con olor a tabaco.
He descubierto mi piel para caminar descalza
bajo la lluvia de tus seguridades,
ya no pretendo ser los días que te envuelven
ni las noches con olor a mar.
Camino, niño, con un vestido blanco
y el velo que no me atrevo a descubrir.
D E S T R U C C I Ó N P R I M E R A
Era mil novecientos ochenta y seis
mis libros no eran de colores
ni las paredes rojas.
Maru Delgado (Arequipa, 1987) Pertenece al Grupo Editorial Dragostea y al Grupo Editorial Domo de Paja. Es editora de la revista cultural Fosa Común. Ha publicado en_utero, una plaqueta de poesía el 2007. Tradujo junto a María Miranda el Manifiesto Feminista S. C. U. M., y poemas escogidos de Silvia Plath y Renée Vivien para la colección de poesía Lady Lazarus.
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