"En este quinto libro, Luis Ormachea acomete nuevas voces que dialogan en una cotidianidad obscura, recreando preguntas que destrozan la hipótesis de la respuesta. Un libro hermoso que nace de las entrañas de la existencia". (Grupo Editorial Dragostea)
(elegía coral)
Vía dolorosa
la que te unía al mundo
cual a ombligo de tus hijos
Padre escultor de la necesidad
Vía dolorosa, creció en tu corazón
apenas hubo llegado la noche
con su enorme cabeza de caballo
enloquecido por la guerra
Vía dolorosa la que ataba navajas
Besó tu mejilla
o vigilaba el nacimiento de tus brazos
en un frasco de repentinas escapatorias
Vía dolorosa
epílogo
Ser un hombre real que ha superado ya todas las pruebas. Recostar
con sabiduría de musgo la mirada, todas las miradas
lejos, en la pared invadida por el sol del verano, y doblarse
donde se doblan otros huesos, al filo. Ser un hombre
abyecto que ha jurado no matar, liberada
la prenda superior, tomar el brazo izquierdo, atándolo,
Los zapatos a oscuras, el rostro habrá caído, los cabellos
sin enumerar, innumerables, una flor que enceguece, deslumbrante
Abrir las puertas que arrastran al secreto, tu secreto
La sangre estará lista, el músculo dispuesto, y fumará, porque tiembla
Porque es joven. Arrancarle, aunque grite, unos nombres, la palabra
Extender sobre la mesa que esperaba rutinariamente, los ojos
El cuerpo acusa un cansancio de después de almorzar, cuando se es
más hombre, ningún horizonte sino la sequedad
de los labios, el resonar disperso y lejano de una calle, mensajes
y moscas en una gaveta olvidada, y ser un hombre
De nuevo, para siempre, ahora, y mirar en el fuego, esos valientes niños
que ascendían aferrándose a las rocas, y el pasado llovía
sobre sus estatuas, sobre la caridad urbana
de las hojas de los periódicos. Luego, la prenda inferior, frazadas
o pesadas nubes, cada pie con el pie opuesto, fumar, volver a fumar
Tardará el sueño, la noche de gala de todas, absolutamente, todas las noches
El rostro pensativo de un poste que ya no descansa, atisba
afanosos dictámenes, montañas de ellos… ahora la piel
que ya fue mancillada, una, dos, cincuenta y cuatro veces sin oportunidad
Miles de páginas en blanco cuando caen
de las manos, y lo único seguro: ser un hombre real, sin historia
Sin tragedia posible
(De: Palabra de hombres reunidos bajo árbol extranjero)
Luis Ormachea Azpilcueta (Q'osqo, 1974) Publicó los poemarios Índice (Edición del autor, Arequipa, 2004), Bóveda (Grita Ediciones, Arequipa, 2005), Apología del absoluto cotidiano (Grupo Editorial Dragostea, Arequipa, 2007), Tela de juicio (Grupo Editorial Dragostea, Arequipa, 2008) y Palabra de hombres reunidos bajo árbol extranjero (Grupo Editorial Dragostea, Arequipa, 2010).
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