"Siempre es un reto y un placer sumergirse en la poesía de Jimmy Barrios. Desde sus tempranos textos en la revista de creación literaria Cara de camión, hasta su más reciente poemario editado por los Fondos Concursables de la Municipalidad de Arequipa, hay un camino de piedra y polvo que se niega a ser asfaltado por el nuevo proyecto urbanístico de la posmodernidad. Digo esto porque, en los últimos años, se ha caído en una suerte de automatismo deshumanizante que convierte a la praxis escritural en todo menos una disciplina estética, con todas las implicancias retóricas e ideológicas que el sunami de la poesía puede arrastrar. El oscuro mar de la sustancia hiede, como esa inmensa ballena en las aguas de Conchán o como los actuales pelícanos convertidos en estacas de carne en el litoral peruano, símbolos de nuestra descomposición moral. Precisamente, para rastrear el sentido de estos poemas, debemos comprender que aquel milagro biológico tendrá que sucumbir para dar paso a un nuevo proceso de higiene medioambiental" (Paul A. Valenzuela Trujillo).
*
Teatrocuerpo, mapa sin tierra
de un abecedario que miente
por cada cielo levantado entre
la pampa de una saliva asesina
que te traga, gramática en que
tapizas el cordero con la sequía
de la herida
*
el cielo se mide en peces
hombres y la sed es el agua de
sus acrobacias, la vara con la
que serás medido es solo
materia negra, sueño con el que
se compone El Acto, la gárgara
que te traga bocado dentro
DUERMEVELA
en habitaciones
como esta debo levantarme frente al astro y
bajar al cielo del molusco, borrar el mundo a
la velocidad de un parpadeo y sostenerme a
la luz de lo que habla en lo oscuro, tensar la
huella del que busca lejos de las manos,
cavar la cabeza en las raíces sin preguntarse
si el cuerpo da o no al mar, si la ventana da o
no al peso del ahogado
DISTORSIÓN
éramos la Gran Obra,
los perros corriendo del cuerpo al mar por la
boca del ahogado, navegando los tomos de la
sangre por ser otra flora que no muera en la
punta de la lengua, la Gran Obra de la sed
donde los hijos corren por los malos actos, la
Gran Obra de un sueño en que nacemos boca
lejos, hambre dentro alimentando la gesta de
la hormiga, la casta del insecto muriendo en
la noche de la Obra
11 (yo embellecía los jardines pero el crimen era de todos)
el herido al borde de la lengua es un pan de cada día, un mar floreciendo en la luz que es el centro de la magia en la que se basa esta ciencia, pero una vez embellecidos los jardines todo estaba por hacerse: salvar al muerto en cada flor, salvar al hombre de las escuelas públicas que enfrentan al hombre con el hombre, salvar al cerdo de su propio sueño hecho bacteria, salvar el fuego que se evapora a cada instante
20 (poema a la sed)
en esto de embellecer jardines se nos iba la vida, el cuerpo fue el aprendizaje para llegar al centro de la fruta mientras el mundo se abría a cada paso, un carnero puesto a ejecutar la escena del cadalso, un vacío que alimenta la muerte de esa lengua siempre a punto de revelarnos algo, algo parecido a la sed de los que buscan, algo que se esfuma de las manos a la luz del microsegundo
(De: El oscuro mar de la sustancia)
Jimmy Barrios Rivera (Arequipa). Tiene publicados los libros de poesía El tiempo de los anormales (2009), La espada de Santiago (2010), Estados de sitio (2012), El borde (2017) y El oscuro mar de la sustancia (2020). Fue docente en diferentes universidades, institutos y colegios, así como editor de la revista Los juegos verdaderos. Ha dirigido los programas de lectura Yo es otro y Poéticas del más acá, ambos financiados por el Ministerio de Cultura (2018 y 2019, respectivamente) como parte de los estímulos económicos para el fomento de la lectura y escritura. Es Magister en Psicología por la Universidad Católica Santa María de Arequipa y Licenciado en Literatura por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa.
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