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Mostrando entradas de agosto, 2010

MICRORRELATOS I

24* La imagen se rompió tras caer en cámara lenta ante sus ojos. Hubiera sido mejor decir que rebotó y volvió a sus manos, sin embargo ya no había vuelta atrás. De todos los trozos rotos 36 se perdieron en el eco de la caída. DOS SEGUNDOS No era una reproducción completa de su vida en un breve periodo de tiempo como se suele imaginar... "Tal vez sólo unos pocos tienen la suerte", sin embargo los últimos momentos se repetían, una y otra vez ante sus ojos. El viento impactaba con fuerza en su espalda; el asfalto la absorbía y nuevamente los recuerdos estaban en play: Las lágrimas resbalando mientras subía tan rápido como podía las escaleras -¡Espera! No corras por favor, escucha- Viene tras mío a paso torpe, intenta alcanzarme pero ya he recorrido los 20 pasos que dan al borde del edificio -¡Perdóname!, ¡Hija perdóname!- Casi no oigo su voz ahogada por el horror de descubrir lo que iba a hacer -¡Detente!- Lo estoy viendo extendiéndome una mano... "Te perdono papá&quo

USOS PRÁCTICOS

" [...] Gavia de Martín Zúñiga es un libro de amor, amor en el sentido más amplio, en un sentido panteísta, puro, casi místico. Los lugares, los amigos, la familia, la propia historia es un paisaje junto a los animales, las casas, el cielo, los objetos y el mar, el mar como un escenario y como temple interno. [...] ". (Héctor Hernández Montecinos) EXHUMACIÓN DE LAS NAVES a Marel Nos reconocimos como ríos llegados desde muy lejos que al pasar trabajan sobre la misma arena hablando de las barcas hacia donde crece el mar. No es sólo tierra lo que arrastramos, es la patria, los metales pesados que hinchan los vientres. Nos contamos en voz baja las torres conocidas, paredes que comimos, ebrios que besamos. A quien buscaba quedarse lo vimos marchar. Me cuenta también sobre quien buscando construir terminó de un trebol colgado. Abrazados entramos en la alegría del mar y nuestras bocas se mojan como una herida. ORDEN a Rocío Melgar Cervantes Quiero fundar

TRÁNSITO POÉTICO

"Brame el fuego, es el encuentro con una delicada e intensa voz poética. Singular, en cuanto a las señales que inspiran al poeta, y la nostalgia que asoma sobre la construcción de la idea. Para quienes aún respetamos la esencia de la naturaleza y para quienes habitamos una gran ciudad de tradicionales desencuentros, acaso, es fundante reconectarse con los símbolos de la tierra. Celebremos entonces, el acontecer del poemario de Carlos Llaza, una acertada búsqueda de lo visible". (Lidia Vinciguerra) 1 Piedra muda esperaba sentencia. Erguida frente al mundo interminable esperaba inmóvil. Estoica postiza veía mar cielo arena. Sol la empapaba de luz calor y la secaba. Sombra combada sufría. Esperaba muda sentencia. Fulminante apareció un niño y la arrojó al horizonte. La piedra rodó sobre la orilla, resaca la arrastro al fondo. -Gracias- rezaba en silencio. 2 La piedra estaba recostada en el fondo del mar. Sacarla, imposible. Cuerpo azul esperab